Embriones de ratones serán congelados para estudios científicos
Estudiantes y profesores de la Clínica de Reproducción Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) trabajan en la criopreservación de estos animales, usados en estudios relacionados con enfermedades humanas, para proveerles a investigadores dentro y fuera de la Institución.
“Este proyecto nació del interés de un laboratorio externo por preservar la cepa de estos animales, pues cuando se hace investigación es importante tener réplicas”, explica Daniela Cortés, estudiante de Medicina Veterinaria de la UNAL, quien trabaja en esta iniciativa junto con la profesora Claudia Jiménez, del Área de Reproducción de la Facultad, y del estudiante de pregrado César Pinzón.
Por lo general estos animales se utilizan para estudiar enfermedades humanas porque son un modelo que ofrece varias ventajas, entre ellas que es un mamífero de cuya genética se tiene amplio conocimiento, tiene procesos bioquímicos similares al humano –aunque por supuesto que no se trata de uno en miniatura–, tiempos generacionales muy cortos y gran capacidad de adaptación a la vida en los bioterios.
En estos estudios muchas veces es necesario tener el mismo animal que fue infectado al inicio del estudio, incluso años después de la investigación, por lo cual es necesario guardar el material genético; de ahí que se deben mantener congelados los embriones de las ratas Wistar y de los ratones ICR, entre las especies más usadas con fines científicos.
“Iniciamos con ayuda del bioterio (lugar físico donde se crían, mantienen y utilizan animales de laboratorio) de la Facultad con tres parejas de ratones. Después de estandarizar el proceso para manipularlos, hacerles la citología y leerla –porque era algo nuevo para nosotros–, tuvimos que analizar cómo se diagnosticaba el celo, que es el momento ideal para realizar las montas y para el sacrificio”, explica la estudiante Cortes.
Sin embargo aclara que como se trata de un proceso terminal, debido a que no es posible extraer los embriones sin que los animales mueran, este se llevó a cabo bajo estrictos estándares éticos en los que se tuvo en cuenta la importante responsabilidad que implica determinar el momento ideal para sacar los embriones garantizando que sobrevivan.
“Lo importante no es solo obtenerlos, sino realizar una evaluación para saber que el protocolo usado es el ideal y puedan sobrevivir para que lleguen a ser animales en el futuro. Gracias a esto fue posible identificar que el desarrollo embrionario de las ratas fue más lento que el de los ratones, por lo que el sacrificio se llevó a cabo el día cuatro y cinco respectivamente” manifiesta la estudiante.
El útero de las hembras se extrae, se limpia y se pone en una caja de Petri, donde se lava con una solución que permite obtener el embrión, que luego se somete a un proceso de congelación empleando etilenglicol como preservador y un congelador automático.
Con estos embriones se realizaron pruebas de descongelación para comprobar si se estaba llevando bien el proceso, y se obtuvo una tasa de éxito del 50 %, muy satisfactoria para los investigadores, quienes resaltan que se trata de un proceso que no se había hecho antes en la Facultad.
Al servicio de la ciencia
La profesora Jiménez recuerda que este proyecto se originó por el interés de una egresada de la Facultad que trabaja con la Universidad Javeriana y que se acercó a ellos con la inquietud de realizar este tipo de proceso, a partir de la experiencia que se tenía en la UNAL en experimentos sobre la congelación de embriones.
“Querían conservar unas cepas y nos pidieron hacer primero una investigación sobre cómo congelarlos, para que en un futuro les podamos prestar el servicio a la Universidad y tener los embriones”, comenta la docente, quien señaló que actualmente cuentan con unos 150 embriones congelados a disposición de los científicos.