Bogotá tiene hambre: ¿Dónde están las ayudas prometidas?
Las manifestaciones en sectores como Suba, Bosa, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Puente Aranda y Usme, dan cuenta de la crítica situación de cientos de bogotanos que ya no aguantan un día más sin comer y tener que subsistir en medio de una emergencia sanitaria que a muchos les negó la oportunidad de trabajar y a otros les dejó sin techo. Vendedores informales, madres cabeza de familia, trabajadores de la construcción, muebleros, tenderos y migrantes, han hecho sentir su voz de protesta reclamando las ayudas que anunció la Administración desde el inicio de la cuarentena, y con tristeza, tienen que ver que aunque les piden que aguarden, no aparecen en las bases de datos.
Con la posibilidad de que la cuarentena, que ya se extendió del 13 al 27 de abril, pueda mantener varias de sus medidas restrictivas por algunos meses más, se hace absolutamente necesaria la revisión de las bases de datos reales, la adecuación de las mismas con la verificación de las personas que han denunciado no hacer parte de ellas, y la coordinación de todo el gabinete distrital para dar alcance a la mayor población afectada. Por eso, hemos sido enfáticos en señalar las fallas persistentes en el programa ‘Bogotá solidaria en casa’, con la entrega de mercados, bonos y apoyos para ciudadanos y sectores productivos; pero hacemos también propuestas para esas dificultades, que entendemos, hacen parte de una pandemia que nos tomó por sorpresa a todos.
Si se aborda la situación desde las cifras, es alarmante la privación. La ciudad tiene 1.761.000 ocupados informales, 53.553 vendedores ambulantes, 189.177 personas en condición de discapacidad, 349.000 víctimas del conflicto, 352.431 migrantes, 9.538 habitantes de calle. La oferta institucional de la Alcaldía cobija a: 35.700 bogotanos en comedores comunitarios al día, 117.901 en Bogotá te nutre, brinda 97.916 subsidios para adulto mayor; tiene a 3.361 personas de tercera edad en centros protección y otras 1.560 en Centros día; 39.627 vendedores vinculados a oferta del IPES y 3.000 habitantes de calle atendidos.
Es decir, de un total de 2.717.457 ciudadanos en calidad de pobreza y vulnerabilidad, ‘Bogotá solidaria en casa’, cubre a 1.699.917 y los demás programas a 609.627, quedando sin protección 407.913 personas que no son contadas por el Sisbén, ni en la Encuesta Multipropósito. Por más que prioricemos, ¿qué ocurre con aquellos que viven del diario y los trabajadores cuenta propia?
Cuando decimos que Bogotá tiene hambre, no es discurso de un partido político, no es de posición, sino es de todos. Gente del estrato 1 al 4, muchos que nunca han vivido del Estado, que nunca han solicitado una ayuda, y que ahora necesitan que les proveamos comida. Hay que volcarnos a los territorios y saber cuál es el cuello de botella que hay que hoy tenemos tantas manifestaciones agravando el tema de salud, porque el peligro que supone que familias enteras salgan de sus casas, violando la cuarentena, es un potencial canal de contagio que puede empeorar las cifras que ya lidera la ciudad en Colombia con 1.291 casos de coronavirus.
Efectivamente, la ciudad está cambiando su modelo económico en una economía de contingencia como consecuencia de la Emergencia sanitaria nacional, pero ese proceso debe ir acompañado de las ayudas que por su parte, la Secretaría de Desarrollo Económico, debe impulsar con el tema de innovación y tecnología, dando el soporte inmediato a las MiPymes, y en su campo, avanzar con las obras que quedaron adelantadas puesto que van a reactivar la economía, generando recursos, empleo y competitividad. Siendo conscientes que a estas alturas, las pequeñas, medianas empresas y emprendimientos no tienen caja para sostenerse por más tiempo.
La pandemia es una prueba que entre todos podemos superar, apoyémonos, quedémonos en casa, #EntreTodosNosCuidamos
Lucía Bastidas – Concejal de Bogotá