Guerra sucia en la campaña a gobernación

Aunque apenas el año comienza y las elecciones para elegir alcaldes y gobernadores se adelantarán el domingo 29 de octubre, ya muchos le madrugaron a vencer a su contradictor con todo tipo de especulaciones, para debilitarlos antes de llegar a las urnas.

La desinformación, tergiversación, mentiras, montajes y destruir moralmente a un candidato, hace parte del método utilizado durante las campañas electorales para lograr desacreditar a un aspirante y restarle cualquier posibilidad de triunfo.

Excongresista Yamil Arana

Se acude de forma sistemática a este tipo de estrategias sucias, con el propósito de crear en la ciudadanía un estado de ánimo adverso a las intenciones de candidatos que quieren llegar a las alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas.

Una de las primeras campañas que ha alzado su voz para cuestionar estos prematuros ataques, es la de excongresista Yamil Arana, quien ha manifestado su intención de llegar a la gobernación del departamento de Bolívar.

Uno de los voceros de esta campaña que prefirió reservar su nombre, expresó que consideran desproporcionada la información que se ha publicado en algunos medios, que a su juicio buscan ponerle palos a la rueda de la aspiración de Yamil Arana a la gobernación de Bolívar.

Dice que los electores deben tener la garantía de tomar sus decisiones en las urnas basados en información exacta, en caso contrario se entra en el terreno de la campaña sucia, que afecta de forma directa a la propia democracia.

Además, agrega que se lastima la honra, la imagen y la carrera profesional de una persona, que nunca ha tenido ningún tipo de inconveniente en su paso por la administración pública y solo persigue desestimular a sus seguidores para que se vayan con otra opción en el tarjetón electoral.

Advirtió que esta modalidad generalmente la hacen terceros y el verdadero responsable no pone la cara, sino que usa influencers o medios de comunicación, para poner a circular información descontextualizada, para motivar en la ciudadanía la rabia y apatía.