Atraso y sobrecostos en obras de valorización, ¿culpa del IDU?

Las obras por valorización en Bogotá continúan sin ser lo que se esperaba. A pesar de que han transcurrido cinco años desde que se presupuestaron y los ciudadanos han pagado más del 90% de las contribuciones, las promesas de embellecer la ciudad y mejorar la movilidad de peatones y ciclistas aún no se han materializado.

La contribución, según el Acuerdo 724 de 2018, generaría un recaudo de 906.579 millones de pesos. Los datos proporcionados por el  Juan Baena dan cuenta de que hasta marzo de 2023 se ha cumplido con el 90% de esa meta, es decir 818.080 millones de pesos.

A pesar de las dificultades económicas ocasionadas por la pandemia, los bogotanos cumplieron con su aporte para obtener espacios públicos, vías y puentes en condiciones dignas. Sin embargo, el avance en la ejecución de las obras es inferior al 20% después de casi 5 años de la expedición del Acuerdo 724 y, en algunas obras como la del canal de La Calleja (Av. 19 entre calles 134 y 127), el “avance” es de solo 0,5%, con todo y los sobrecostos que implican estos retrasos.

Esta obra ya se ha suspendido tres veces y según el acta de la última suspensión del contrato 1768 de 2021 (contrato de interventoría), de octubre del año pasado, la causa es que el IDU ha incumplido con el trámite de los permisos de construcción necesarios para poder adelantar la obra.

Teniendo en cuenta que esos permisos se expiden entre las mismas entidades distritales, por lo menos es clara una desarticulación administrativa en una de las apuestas de inversión de infraestructura más grande de la ciudad.
Entonces, ¿el atraso es culpa solo de los contratistas? No. Acá presuntamente hay una indebida planeación de la Administración Distrital. Muchas obras solo comenzaron en el papel para cumplir un plazo, pero en la vida real no hay casi nada ejecutado.

Lo que sí hemos presenciado son constantes incumplimientos debido a las prórrogas y adiciones a 15 de los 16 contratos de obra. Hoy las obras de valorización representan inseguridad, polisombras y ruido, a pesar de que los bogotanos prácticamente las han pagado en su totalidad.

La Alcaldía de Bogotá debe asumir su responsabilidad y tomar las medidas necesarias para remediar esta situación. No puede ser que a meses de terminar esta Administración y a sabiendas que esto era un problema, no se cuente con las garantías mínimas para empezar obras. 

Pregunto: ya que el recaudo por valorización está casi completo y en manos del Distrito y las obras apenas empezadas ¿qué acciones toma el IDU para que los recursos no se deprecien y puedan cubrir los costos de obra?; ¿cuánto más en dinero se necesita para cubrir los costos de las obras atrasadas?; ¿de dónde saldrá el dinero adicional para cubrir los sobrecostos de las obras y sus interventorías?; ¿cuándo estarán listos los permisos ambientales y de construcción para poder darle feliz término a todas las obras?

Esperamos las respuestas del IDU, pero más que eso, sus acciones para subsanar tantos problemas que ha generado la indebida planeación en un tema tan importante para la ciudad