Exitosa rehabilitación de puma en Bogotá

El pasado mes de mayo la Secretaría de Ambiente de Bogotá y la Policía Ambiental y Ecológica incautaron un puma hembra en una vivienda del norte de la ciudad. El felino, de la especie Puma concolor, fue trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre donde inició su proceso de recuperación y rehabilitación.

El animal de edad prejuvenil ingresó en precarias condiciones físicas y comportamentales. Al momento de realizar los exámenes médicos se evidenció una paraparesia (debilidad espástica en las piernas) con atrofia muscular, con una deshidratación del 8 % y su peso fue de 7.1 kg.

Secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia

En sus primeros días en el CAV, el animal no consumió la dieta por sus propios medios, por lo que debió recibir asistencia durante una semana. Posterior a esto, al individuo se le realizaron estudios para descartar presencia de endoparásitos, leucemia e inmunodeficiencia virales felina. Los exámenes radiológicos mostraron una posible enfermedad metabólica ósea.

Durante tres meses el puma hembra recibió fisioterapia, dicho tratamiento ha sido satisfactorio y le ha permitido recuperar paulatinamente los movimientos para que hoy el animal se pueda movilizar por sus propios medios.

Gracias al trabajo, dedicación y esfuerzo de los profesionales del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente, el animal ha ido mostrando una notable mejoría en su condición física y comportamental. El individuo ha desarrollado actividades de acicalamiento, acecho, corre, trepa y caza especies vivas y en descanso, comportamientos propios de su especie.

Ante la evolución satisfactoria y esperanzadora, la Secretaría de Ambiente está trabajando en un convenio interadministrativo, con una corporación ambiental regional, para trasladar el animal a un lugar controlado que tenga las condiciones naturales similares a las de su hábitat natural y así poder continuar con la recuperación y rehabilitación física y comportamental.

El animal ha recuperado la movilidad y el ánimo, y vemos que próximamente va a ser posible trasladarlo a otro centro para que se adapte a su ecosistema. Los pumas normalmente pasan dos años con su madre, la recibimos muy joven y tiene que completar ese periodo de dependencia antes de cualquier liberación. Estamos esperanzados en que este proceso continúe y se pueda acercar lo más posible a la libertad”, puntualizo Carolina Urrutia.